viernes, 10 de agosto de 2007

Comentario sobre la fachada del Ayuntamiento de Alicante




Historia

En el 1691 la armada francesa, dirigida por el almirante D’Estrés, destruía el antiguo edificio del Ayuntamiento de Alicante y cinco años después la ciudad acordaba edificar el actual Ayuntamiento, que responde a uno de los mejores ejemplos del barroco civil. Su largo proceso constructivo, iniciado el 1701 y concluido, a falta de pequeños detalles, en junio de 1780, propició la intervención de numerosos artistas que se basaron en distintos proyectos para su ejecución.
La obras se realizaron a lo largo de tres períodos claramente diferenciados. El primero se forjó según el proyecto, hoy extraviado, de Vicente Soler, y se edificó la planta baja y el primer piso de la nueva fábrica. En 1730 comenzó una segunda etapa constructiva que duraría cuarenta años y en la transcurso de la cual se encargarían nuevas trazas a los más famosos arquitectos y escultores del momento: José Teruel, conocido como el menor, Juan Bautista Borja y Vicente Mingot. Durante este período, el más largo de los tres, se realizaron las fachadas principales, las portadas, la distribución y decoración de los interiores, el último piso y las torres. Parece evidente que los dos primeros cuerpos del singular edificio se deben a Juan Bautista Borja, en tanto que el tercero, a partir del escudo de armas a Vicente Mingot quien se incorporó en el proyecto el 1758 y fue cuando se varió el diseño inicial, incorporando puertas, ventanas y balcones como ornamentos integrantes del barroco español. Así pues fue en esta etapa cuando el conjunto arquitectónico experimentó un progreso determinante y adquirió un singular sentido estético. El último período, se inició en 1772 y corresponde a la actuación del arquitecto Lorenzo Chápuli, quien de acuerdo con los dibujos realizados el 8 de agosto de este mismo año, concluyó las torres con vanos y planta claramente asimilables al rococó.
Al pie de la escalera principal, se encuentra la cota cero, punto de referencia que sirvió para medir la altitud sobre el nivel del mar en poblaciones españolas.

Paralelamente al Ayuntamiento se construyen numerosos edificios. Unos de carácter civil como las casas-palacio de Berenguer de Marquina, Marqués del Surco, el Palacio Maisonnave, la antigua casa de Misericordia, hoy fábrica de tabacos, la casa-palacio de Díe y el Palacio Gravina. Otros de tipo religioso como el convento de las Agustinas y el monasterio de la Santa Faz. De carácter defensivo citamos el recinto fortificado de la isla de Tabarca. La construcción de todos estos edificios alicantinos, nos recuerda el espectacular desarrollo que experimentó la ciudad en la segunda mitad de esta centuria, merced al privilegio que le concediera Carlos III para poder comerciar su puerto con América.


Descripción del edificio

La fachada principal del Ayuntamiento mide 49 metros de longitud y diecisiete metros y medio de altura el cuerpo central. Está flanqueada por dos torres cuadrangulares gemelas, de treinta y tres metros y medio de altura, rodeadas, en su parte superior, por un balcón y culminadas con una torre de dos pisos cuadrangular achaflanada y rematada por una terraza decorada con balustrada y tres pequeños pináculos en cada una de sus caras.
En el frontispicio del edificio podemos apreciar una singular organización rítmica en los tres diferentes cuerpos en que podemos dividir este espacio. El inferior compuesto por cinco portadas muestra la central como eje de simetría de las restantes. El siguiente cuerpo está formado por una serie de doce balcones, diez de los cuales son parejos, y finalmente el edificio culmina en una nueva sucesión de doce balcones más reducidos. La fachada limita con las dos torres ya citadas de sólida cubicidad que ciñen y enmarcan el conjunto dándole un noble aspecto macizo y majestuoso realzado por la nobleza del material constructivo de la piedra extraída de las canteras de la sierra de San Julián de muy bellos efectos lumínicos.
En la planta baja destacamos abundancia de elementos decorativos como hojas, palmetas, frutos y formas vegetales. El barroquismo del conjunto queda acentuado en la portada principal limitada por una cornisa en retroceso y con columnas pareadas salomónicas de muy bella talla, festoneadas de guirnaldas de seis vueltas, lo que nos remite a influencias italianas, que culminan en capiteles de orden compuesto. Las puertas, situadas a ambos lados de la principal, poseen también ornamentación vegetal aunque su dintel ha sido sustituido por sendos arcos y las columnas helicoidales por otras apilastradas, con estrias diagonales y coronadas por capiteles y cornisas. La dos puertas restantes son de menor envergadura y suntuosidad, y una de ellas se ha reducido a ventana.
En el segundo cuerpo o piso, una serie de doce balcones flanqueados por estípites y coronados por un frontón quebrado, festoneado de roleos y elementos frutales.
El paso al tercer cuerpo se produce a través de un espacio liso, con sillares perfectamente escuadrados y en cuya parta central figura la heráldica, esculpida en mármol, diseñada por Vicente Mingot: el escudo de la ciudad sostenido por dos leones rampantes. Inmediatamente el muro, en su parte superior, está ocupado por otros doce balcones de formulación rococó, dibujadas asimismo por Mingot y realizadas por el escultor Pascual Valentí.
El edificio está coronado por una elegante balustrada de piedra interrumpida por pedestales, que recorre toda la fachada, y se encuentra dominado por una cúpula elevada en el centro, vestida de tejas azules con tornasoles de oro, y por las citadas torres que aparecen con esferas de reloj.
De la fachada posterior del Ayuntamiento destaca una portada de gran perfección estilística y estética que ornamentalmente resulta superior a la del frontispicio


M. Joana Virgili Gasol i Josep Serra Valls

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